miércoles, 1 de abril de 2009

Entrevista a Mónica Bengoa, artista visual





1) En tu proceso de trabajo reiterativo, serial, ¿en qué momento lo cotidiano se convierte en extraordinario?

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La verdad es que en cuanto al tema del cotidiano, mi propósito al utilizar elementos que provienen de ese contexto no tiene que ver con volverlos extraordinarios, sino justamente lo contrario. Me refiero a que me interesa que sigan siendo elementos simples, reconocibles, que cualquier persona pueda sentir como propios, sin embargo, esa excusa temática se vuelve productiva al ponerse en relación con el resto de las operaciones materiales, de escala y contexto, que utilizo en mi trabajo. Creo que de ese modo cualquier espectador tiene la posibilidad de enfrentarse al trabajo de manera más cercana, sin sentir que se le presenta un enigma que no puede descifrar. Al menos es una puerta de entrada más asequible.

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2) Se podría inferir que dentro de tu obra la materialidad es económica. ¿Podríamos entender que corresponde a una estrategia de circulación internacional?

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Materialmente los elementos que utilizo efectivamente tienen un origen más bien económico si se le consideran individualmente, sin embargo, por la escala de mi trabajo, tienden a demandar recursos no menores. Ahora bien, su origen más bien humilde o popular no ha obedecido a una estrategia de circulación internacional, sino más bien a una opción por ser inclusiva en la lectura o relación que puede establecer el espectador con mi trabajo. No me interesa un tipo de obra críptica que sólo pueda ser entendida o apreciada por quienes poseen conocimientos específicos ligados exclusivamente al campo del arte. Creo que estos materiales, elementos o procedimientos reconocibles acercan a ese tipo de público. Por otro lado, pensando en la circulación internacional de mi trabajo, no creo que la utilización de estos elementos sea necesariamente eficiente en términos de una posible aceptación o interés del público, ya que incluso en ocasiones pudieran no entender el contexto o significado que tienen en el trabajo mismo. Sin embargo, el interés se puede dar igualmente, ya que mi intención es producir un tipo de obra que presente distintas entradas.

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Ahora bien, si te refieres al traslado de obra, hay ciertos trabajos que pudieran ser más eficientes en ese sentido, como los murales de servilletas de papel. Sin embargo, eso no se presenta en todos los casos, ya que hay algunos trabajos que pueden ser relativamente económicos de producir, como los murales de cardos, pero que su traslado es bastante costoso.

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3) En tu trabajo utilizas el recurso de la segmentación de la imagen como un puzzle para luego convertir el objeto en un todo, lo que obliga al espectador a reparar en los detalles del objeto ¿Cuál es el grado de importancia del fragmento en el desarrollo de tu obra?

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La construcción de imágenes a partir de fragmentos ha obedecido en distintos proyectos a distintos motivos. En ocasiones ha sido propio del elemento elegido, como servilletas o cardos, pero también hay proyectos en los cuales he decidido fragmentar la imagen para evidenciar su sistema de construcción cuando, por ejemplo, he impreso fotografías de gran escala en impresoras inkjet de uso doméstico. Me interesa la posibilidad de leer el trabajo de manera distinta según la distancia a la que el espectador se ubique. El total a mayor distancia entrega una información que el pequeño fragmento en primer plano no contiene y viceversa. Esa posibilidad de poner a prueba nuestra percepción me interesa muchísimo.

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4) En tu trayectoria aparecen una serie de residencias que has realizado en el extranjero ¿Cuál es el aporte de esta dinámica para el proceso de tu obra?


A mi juicio las residencias son experiencias que pueden ser beneficiosas en varios sentidos. En el más concreto y obvio, la posibilidad de contar con el tiempo y espacio para trabajar concentrada es un lujo para nuestra realidad. Por otro lado, establecer relaciones con personas provenientes de otros contextos culturales y sociales, sin duda permite ampliar la visión no sólo del propio trabajo, sino también del contexto en que este se desarrolla. Es una oportunidad para concretar proyectos sin la urgencia de una muestra específica, lo que permite investigar nuevos materiales o procedimientos, por ejemplo. Y finalmente, dependiendo del tipo de residencia, se establecen contactos que muchas veces perduran en el tiempo y permiten comenzar a construir una plataforma de circulación para la propia obra.